Vivo con un fantasma, que aún persiste en mis sueños, y a veces también de día. Se le da por aparecer cuando estoy sola. Me sonríe, se muere de la risa con mis ocurrencias, me insulta, me cuida, me maltrata, me ama, me odia, y seca mis lágrimas cuando se está despidiendo, hasta que reaparece nuevamente, cuando menos lo espero...Supongo que algún día se irá para siempre. Ese día, seguro, me lo voy a tropezar en la calle, y me daré cuenta que se corporeizó en carne y hueso.
Ese día, tan indefinido e irreal por ahora, se irá delineando de a poco. Luego se agregarán los colores del paisaje, y finalmente aparecerá mi fantasma (que ya no lo será) en escena. Cómo será ese encuentro, no lo sé, si habrá palabras, no lo sé, un abrazo, no lo sé. El encanto y el hechizo quedarán pulverizados en un segundo. Sólo espero poder despedirlo en paz, para dejarlo ser en el mundo real.
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7 comentarios:
Creo que todos vivimos con nuestro o nuestros fantasmas y no creo que esté mal. Nadie se salva de eso. El tema es que cuando uno tiene etapas solitarias, el fantasma se hace más presente. Pero son solo etapas. Recuérdelo.
Un cariño
Lucy.-
Lucy: que alegría tenerla de visita esta vez a Ud, yo que siempre la visito!. Quizá tenga razón, son etapas, tengo suponer que pasará entonces, verdad?
Besos.
Y eso será, probablemente, cuando se lo tropiece en la calle...
Y ese fantasma... Besa bien?
Rodrigo: ojalá ese día llegue pronto.
Sabelaska: me parece haberla visto antes? jaja. besa muy bien, capaz que por eso tarda tanto en irse...
Todo eso hace tu fantasma?! Si se hace real ya no va a ser lo mismo...
EMD: Ni lo dude...me intriga mucho el cómo será ese momento. Dsp le cuento.
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