sábado, 19 de enero de 2008

Fragmento

Ayer terminé una novela que me impactó, y me hizo reflexionar (Cuando descubro algo que me gusta, inmediatamente pienso en los que no están en ese momento ahí, con los que me gustaría compartirlo, y después les rompo bien el coco, para que experimenten lo mismo que yo, lo que reconozco, es 100% imposible, pero quizá su experiencia se asemeja, y entonces ya vale la pena)...

Para no ser tan cargosa, acá les transcribo un párrafo, dedicado a todos/as los que están y viven atravesando revoluciones, especialmente para las mujeres.
El libro se llama "La Mujer Habitada". La autora: Gioconda Belli.


Yo estaba triste y ella comprendía cuan penosa era mi separación, ya que habíamos sido como hermanas. Pero me animaba a danzar mi vida. Me cantaba versos que decían. Toda luna/Todo año/Todo viento/Todo camina y pasa también/También toda sangre llega al lugar de su quietud.


Después de leerlo comprendí que la sangre solo llega a su quietud cuando morimos, mientras tanto vivimos en medio de un torbellino que nos arrasa, y con algunas mañas, por suerte, podemos darle algún curso...

Pensé, también, si la tristeza o la nostalgia tienen algún fin, y casi inmediatamente mientras lo escribía acá pensaba que no. Son cosas que nos suceden ...De lo que si estoy segura, es que si se puede cambiar el pasado desde el presente. Y en eso nos ayudan los recuerdos, y la nostalgia que nos producen. No se trata de falsearlos o encubrirlos, sino de abarcarlos desde la totalidad y lo ínfimo, mirarlos desde las cornisas de las que antes no los vimos, colorearlos si antes eran blanco y negro. Y mientras tanto, tener la valentía de vivir el presente, sabiendo que también va a ser el recuerdo de un mañana, y la revolución de un hoy.