martes, 30 de octubre de 2007

El agua y el aceite

Nos conocimos hace 7 años, eramos 2 pibes que buscaban.
Lo que yo conocía de la vida, lo había encontrado dentro. Me había resultado más fácil quedarme con mis libros, mis fantasías, mi música y mi imaginación. Esa era mi forma de buscar...
Vos eras un torbellino, que pasabas y arrasabas, tenías amores en tu cuenta, tenías amigos y enemigos, tenías sobre todo, actitud. Vos afuera. Esa era tu forma de buscar...
Eramos el agua y el aceite. Cómo y por qué nos encontramos, todavía no lo sé.
Rompiste todas mis estructuras, toda la paz.
Mi cuerpo explotó, mi cabeza también.
Época de hazañas, de mentiras, de huídas, sexo y mucho amor. Amor del pasional. Eso creía.
Pasamos 3 años juntos. Sólo en las novelas el agua y el aceite se funden. Nosotros teníamos que separarnos.
Y resulta que...más allá de la pasión, existían otras cosas...
Existía respeto, existía confianza, existía amistad, existía complicidad. ¿Amor solamente pasional?
Y hoy te encuentro, 7 años después y me doy cuenta que fue la relación más madura que tuve, que paradoja: siendo 2 pendejos sin experiencia.
Pero todavía somos el agua y el aceite. Me atrae de vos, lo mismo que me rechaza.
Todo gira sobre el mismo eje, suele decir mi hermana, citando a alguien que no recuerdo..... Debe de tener razón...

lunes, 22 de octubre de 2007

La hoja en blanco

Así como la hoja me encuentro un poco yo...escribiendo esta nueva historia sobre mi misma, que ni yo conozco, y que me lleva por lugares hasta ahora desconocidos.

Si hoy tuviera que definirme no sabría muy bien que decir... Se que hubo un quiebre, de nuevo, porque hubo otros quiebres en mi vida, pero quizá con éste es con el que más aprendí, con el que más me fortalecí, y otra vez...volví a nacer.

Fui dejando en mi piel marcas, que hablan por su propia cuenta: ya tengo mis primeras arrugas, y hasta 1 cana, y tienen tanto que decir...

Este cuerpo se apasionó, luchó, sufrió, mucho sufrió, encarnó mi alma respetando todas sus formas, tanto es así que cuando la angustia era tan grande pretendía irse, evadirse, desmayarse, y aún así dejaba su marca registrada al despertar.

Este cuerpo que ahora también habla, que con su dolor de panza marca una hazaña, una aventura, que recuerda lo que pasó y no fue dicho, y que avecina la incertidumbre que vendrá.

Mi cuerpo que se inunda de emociones en los ojos cuando menos lo espero, que regala caricias en las noches, sabiendo que todavía guardo tanta ternura adentro, mi cuerpo que también se queja de que a veces no lo cuido, incluso cuando es mi mejor guardián. Él también habla de mis cambios. Mis sentidos perciben sensaciones nuevas...el olor de la primavera, los colores de los árboles, el tacto de otra piel, el gusto de otros besos, el sonido de otra música. Se apresura, quiere certezas, quiere paz, pero sigue el barullo de esta fiesta, y se alegra de que así sea. Es mejor así: escucharlo a ver qué necesita, qué sugiere...así no se evade, así está siempre. Así me acompaña en esta nueva hazaña de volver a escribir mi historia: la del nacimiento de esta mujer.